Visitar la zona arqueológica de Comalcalco, en el estado de Tabasco, es un viaje al pasado que deja sin aliento (y no solo por el sol y el calor). A diferencia de otras ciudades mayas construidas con piedra caliza, aquí la grandeza de la civilización se erige con ladrillos de barro cocido, una característica única que le da un encanto especial a este sitio.
Al recorrer sus estructuras, como el Templo Mayor, el Palacio y la Gran Acrópolis, uno puede imaginar la vida en esta antigua ciudad que floreció entre los siglos VI y X d.C. Los detalles en los ladrillos, algunos con inscripciones y decoraciones, reflejan el alto nivel de arte y arquitectura que alcanzaron los mayas en esta región.
Pero más allá de su historia, Comalcalco es un lugar de belleza natural impresionante. La selva tabasqueña abraza las ruinas, creando un paisaje en el que la historia y la naturaleza se funden en perfecta armonía. El ambiente es tranquilo, con el sonido de las aves acompañando el recorrido, lo que hace que la visita sea aún más especial.
Explorar Comalcalco es descubrir una faceta menos conocida del mundo maya, una joya que nos recuerda la grandeza de esta civilización y su legado en el sureste de México. Para quienes aman la historia, la arqueología y los paisajes inolvidables, este sitio es una parada obligatoria.