Imagina que estás disfrutando de un día común en la Ciudad de México cuando de repente sientes un ligero temblor bajo tus pies. Durante todo el año pasado y lo que llevamos del actual, la zona poniente y centro de la capital mexicana ha experimentado una serie de microsismos que han despertado la curiosidad y preocupación de sus habitantes. ¿Qué está causando estos movimientos sísmicos aparentemente menores pero persistentes? Una reciente investigación llevada a cabo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha arrojado luz sobre este enigma.
En el artículo ‘El rompecabezas de la sismicidad en el poniente de la Ciudad de México’, los expertos de la UNAM revelaron hallazgos intrigantes sobre la actividad sísmica en la región. Desde la segunda década del siglo XXI, se ha observado un aumento significativo en los eventos sísmicos reportados en el Valle de México, aunque ninguno ha superado la magnitud 4.
Los investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM sugieren que la falla de Plateros-Mixcoac podría ser la responsable de estos microsismos. Aunque se necesitan más estudios para confirmar su impacto en la infraestructura, los criterios preliminares utilizados muestran una correlación entre los epicentros registrados al norte de la falla y los desplazamientos verticales característicos de una falla normal.
Para localizar la falla, los expertos examinaron puntos donde ocurrieron los microsismos y la infraestructura dañada, encontrando una grieta de más de un kilómetro que atraviesa la zona de Mixcoac. Mediante análisis digital como el DInSAR, se identificaron desplazamientos a ambos lados de la grieta, lo que sugiere su asociación con una posible falla.
Los investigadores están comprometidos a seguir monitoreando la situación para evaluar cualquier impacto potencial en la infraestructura del poniente de la Ciudad de México. Gracias al Sistema de Posicionamiento Geográfico (GPS), se espera obtener más datos sobre la actividad de la falla y su posible influencia en la zona.
En resumen, la investigación de la UNAM está arrojando nueva luz sobre los microsismos en la Ciudad de México. Si bien aún quedan preguntas por responder, como el impacto preciso en la infraestructura, estos hallazgos representan un paso importante hacia la comprensión y potencial mitigación de la actividad sísmica en la región. Es crucial seguir investigando y monitoreando de cerca estos fenómenos naturales para garantizar la seguridad y bienestar de los habitantes de la capital mexicana.